El régimen de Corea del Norte ofreció este jueves al Gobierno surcoreano retomar el diálogo para reiniciar proyectos conjuntos o encuentros entre familias separadas por la guerra, una propuesta conciliadora que Seúl ha aceptado tras meses de amenazas de Pyongyang. El mensaje remitido desde la capital norcoreana por el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea supone la señal más apaciguadora por parte del Estado comunista desde su campaña de amenazas contra Corea del Sur y EEUU llevada a cabo entre marzo y abril después de que la ONU sancionara su prueba nuclear de febrero. Apenas una hora después de transmitirse el documento, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur mostró su disposición a aceptar la invitación de Pyongyang.
"El Gobierno surcoreano está considerando la propuesta de manera positiva y espera que las conversaciones puedan generar confianza entre ambas partes", explicó en un comunicado la cartera encargada en Seúl del diálogo y las políticas intercoreanas.
El documento del ministerio añadió que tanto la fecha, el lugar y la agenda de un primer encuentro se anunciarán más adelante.
De este modo, se espera que representantes de ambos Gobiernos vuelvan a sentarse a tratar de limar diferencias de cara a aliviar la tensión vivida en los últimos meses.
En su sorpresivo anuncio, Pyongyang se ofreció a volver a la mesa de negociación para tratar de desbloquear proyectos conjuntos como el del complejo industrial de Kaesong o el del recinto turístico del Monte Kumgang, ambos situados en territorio norcoreano.
Durante su campaña de amenazas de hace dos meses el régimen "juche" cortó las líneas de comunicación con Séul, dio por roto el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea y expulsó a los empresarios surcoreanos del polígono de Kaesong.
Por su parte, el personal surcoreano que trabajaba en el Monte Kumgang fue expulsado en 2008 después de que una turista del Sur muriera por los disparos de soldados norcoreanos.
La nota de Pyongyang añadió que "cuestiones humanitarias como el reencuentro de familias separadas (por la Guerra de Corea) se pueden discutir en las conversaciones, si es necesario".
Desde la histórica cumbre de 2000 entre el entonces presidente surcoreano, Kim Dae-jung, y el exlíder norcoreano, Kim Jong-il, casi 30.000 coreanos, muchos de los cuales llevaban más de cinco décadas sin saber de sus seres queridos, se pudieron reunir mediante encuentros cara a cara o por vídeo.
Sin embargo, debido a los desencuentros entre Seúl y Pyongyang desde noviembre de 2010 no se han vuelto a celebrar reuniones entre familiares a los que el conflicto que enfrentó a las Coreas entre 1950 y 1953 disgregó a un lado y a otro de la zona desmilitarizada que separa ambos países.
"También abrimos la puerta a las visitas, a los contactos y a la cooperación con organizaciones no gubernamentales de Corea del Sur", explicó la nota, que en un tono inusualmente apaciguador incluso aseguró que "el lugar de las conversaciones y la fecha de su inicio pueden establecerse según la conveniencia del Sur".
Pyongyang también se mostró abierto a celebrar una ceremonia con Seúl para conmemorar el 41 aniversario del comunicado conjunto de 1972, en el que ambos Gobiernos acordaron lograr una reunificación pacífica, y el decimotercero de la declaración pacífica firmada por Kim Jong-il y Kim Dae-jung en la mencionada cumbre de 2000.
Pese a lo conciliador del comunicado, el régimen quiso eludir cualquier responsabilidad con respecto a la tirantez de los lazos intercoreanos y aseguró que pese a "haber hecho todo lo posible" para mejorar las relaciones, "toda la sinceridad y generosidad mostrada por" Pyongyang "ha sido negada y profanada" por Seúl.
"Son nada menos que las autoridades de Corea del Sur las que están abusando del diálogo Norte-Sur con el fin de lograr una escalada de la confrontación y cumplir así sus objetivos estratégicos", concluyó.